El arte en la era de la guerra civil planetaria: el sujeto dentro del territorio digital

El arte en la era de la guerra civil planetaria: el sujeto dentro del territorio digital

Hito Steyerl es una artista de medios digitales con ascendencia japonesa y nacida en Munich (1966). Desarrolló sus estudios entre 1988 y 2004 en tres distintas universidades en: Tokio, Munich y Viena. Está influenciada por el pasado conflictivo de Alemania. Nació y creció en Munich Alemania, nación culpada por “ocasionar” la Primera Guerra Mundial, cuna del partido NAZI y sede de los juegos Olímpicos de 1972 donde se produjo un atentado terrorista por el grupo Septiembre negro.

La obra escrita más reciente de la artista es Arte duty free: el arte en la era de la guerra civil planetaria. Aquí plantea una serie de preguntas y ejemplos destinados a ilustrar la relación que existe entre violencia-arte-tecnología-capitalismo-sujeto, principalmente utilizando internet y las tecnologías para hablar de un terreno demarcado por la descorporeización del sujeto. El trabajo de Hito Steyerl precisamente está centrado en mostrar analogías y metáforas que relacionan la naturaleza de las personas con las máquinas y las consecuencias de que socialmente ocurra.

El trabajo de la autora es interesante porque plantea reflexiones en torno a la epistemología digital, que se basa en la cibernética de segundo orden, es decir el rol de los sujetos como participantes y observadores en un sistema de información donde conceptos como autorregulación, prueba y error, fallo son comunes.

La epistemología digital plantea retos en torno al conocimiento que surge en los ciberespacios, las relaciones de poder y vigilancia, también las condiciones que la hipercomunicación amplifica, como el agrupamiento en torno a intereses e ideologías. Lo que incluye información, diversión, y negocio, entre estos últimos resalto aquellos de carácter ilícito, como venta de armas, drogas, trata de personas o estafas. Está relación dinámica se da tanto en los territorios análogos como en los digitales, territorios que juegan un papel crucial junto con instituciones educativas, culturales, militares, y políticas. En este entramado el sujeto (ciber sujeto) sufre una serie de violencias derivadas de las políticas que lucran y gestionan la exhibición, consumo, producción y muerte de los cuerpos.

El origen de internet tiene intereses militares, su función, hacía 1993 recaía en dicha actividad y en la científica y/o universitaria. Solo funcionaba con el protocolo “www” y no había una manera accesible de visualizar toda la información disponible. Fue una pequeña comunidad de estudiantes universitarios de Illinois los que desarrollaron Mosaic, la primera versión pública de un navegador web sin ánimo de lucro, mediante el cuál se pudiera acceder de manera más ordenada a la información. El monopolio de Bill Gates (Microsoft) no se interesó por la innovación hasta que la pequeña empresa comenzó a ganar atención pública con Netscape, un navegador que llevaba los beneficios de Mosaic a un segundo nivel. 

Fue cuando Gates, al no lograr sobornar a Netscape, hizo coerción con distribuidores de computadoras para no permitir la incorporación de Netscape, además de integrar en el sistema de Microsoft presente en cada computadora, su propia vía libre al conocimiento con el navegador Internet Explorer. Vía libre al conocimiento que nace en un momento en que Microsoft tiene acaparado el 95% del mercado para acceder a internet, el cuál posteriormente se convirtió en el nicho principal de la publicidad y el consumo.  El nacimiento de internet es un claro ejemplo de la violencia capital en el desarrollo tecnocientífico y la cultura. Se ponen en juego las relaciones de poder entre inversores, instituciones, intelectuales y ego personal. También es un ejemplo de cómo se nos puede vender la idea de un territorio digital de libertad y libre acceso, a la vez que se nos utiliza como agentes que retroalimentan la dinámica nociva de la red.

Los antecedentes conceptuales que Hito utiliza para desarrollar sus discusiones están en la cibernética de Bergson, la biopolítica de Foucault y Giorgio Agamben, además de  las perspectiva histórica que Walter Benjamin tiene sobre el progreso como sinónimo de barbarie dada. Demostrando así el posicionamiento acérrimo que tiene contra las estructuras de poder y las gestiones que gobiernan el cómo se vive, a cuál cultura e información se tiene acceso y el rol performativo que tenemos como sujetos históricos de la virtualidad. Otra influencia conceptual y audiovisual para Hito Steyerl es Werner Herzog, cineasta alemán fundamental que se encargó de mezclar el documental y la ficción para contrastar algunas situaciones irónicas de la realidad histórica que él vivía, demarcada por los excesos de la sociedad con los inocentes. Sus producciones narran la locura individual ocasionada por la presión del poder, por ejemplo la historia de un hombre que predijo la Segunda Guerra Mundial y nadie le cree, o un soldado que se vuelve loco en una isla por lo insulso de su misión. Situaciones que reflejan de fondo ideas que Hito contrasta, como el paralelismo entre progreso-destrucción y la utilización del sujeto como un medio para lograr fines políticos mayores.

De acuerdo con la autora existe una similitud entre nosotros como sujetos cibernéticos en un mar de información y el Spam. El Spam es un tipo de carne enlatada que en los 70´s despertó la sátira de Estados Unidos, debido a que el alimento en conserva se vendía en todos lados. En el lenguaje coloquial de internet, se utiliza Spam como sinónimo de información basura o comunicación no deseada. Esta información no solo es molesta porque llenan nuestra bandeja de correo con archivos innecesarios, el Spam también representa toda esa información utilizada para desviar la atención de un tema central y confundir. Desviar atención y confundir respecto a una idea, casi siempre, implica convencer de otra. En este caso, el Spam como distractor es una metáfora que surge durante un sketch cómico de los Monty Python, en el que un historiador trata de enseñar a sus alumnos sobre la guerra vikinga. De pronto el salon se comienza a llenar de vikingos que solo gritan Spam, Spam, Spam, Spam, haciendo la escena (Spam) totalmente (Spam) incoherente debido (Spam) a los gritos y a que después de (Spam) unos minutos, el historiador (Spam) se une (Spam) a los vikingos al grito de ¡Spam, Spam, Spam!.

Esta sátira fue retomada después en los blogs de internet. Los usuarios escribían la palabra cientos de veces en publicaciones de usuarios que querían irritar, o bien, llenaban páginas con mensaje Spam para distraer de alguna publicación oculta. La información en forma de basura digital siempre se ha utilizado como distractor, y su producción, claro, depende de nosotros los usuarios.

A Hito Steyerl no se le escapa el rol que tenemos al acceder a internet con el objetivo de comunicar, buscar y acceder a información. El rol mismo es performativo, porque entramos a internet como una manera de ejecutar aspectos de nuestras cualidades históricas, como ser parte de una comunidad con agencia y opinión. Lo hacemos cuando subimos contenido a foros, blogs o compartiendo archivos y vida cotidiana en redes sociales. Pero aquí hay una doble situación: el sujeto forma parte de ese Spam, al transformarse por acciones u omisiones en contenido para consumir, entrando a las dinámicas que descorporalizan el cuerpo, y bajo el autoengaño de estar siendo parte de la actualidad, se dibuja una distancia que nos aparta de la complejidad histórica que habitamos.

Leave a Comment